lunes, 23 de agosto de 2010

Maldito Resnais que nos hace pensar

Descubrí, porque me ha pasado reiteradas veces y a conocidos también, que una buena película se convierte en eso, cuando, al salir de la sala de cine, la boca no escupe un “qué linda película”. Al contrario, deben pasar varios minutos, horas tal vez, mientras el film continúa proyectándose en la cabeza, hasta que en un momento se acaba el resto de cinta que quedaba y uno sí dice: “qué buena película, creo que la volvería a ver”.

No hay mejor proceso que el de reconstruir las mejores escenas, las dudosas, las que no terminan de cerrar, en la parte de afuera del cine, la mente.

Aunque después de ver “Las Hierbas Salvajes”, el ultimo largometraje de Alain Resnais, cómo no recordarlo de Hiroshima Mon Amour, hubo algunas preguntas que siguen sin respuesta ¿Hay edad para amar? ¿Hay que ser joven para soñar? ¿En qué momento se pierden las esperanzas por alcanzar lo que queremos? ¿Se puede lograr?

Tal vez porque no basta una película para completar tales dudas. De todas maneras, no dejen de ver esta maravillosa pieza del cine francés que mezcla sátira, romance, sueños, realidades, relaciones confusas, personajes misteriosos, amor, celos, y hierbas, muchas hierbas, que comienzan siendo pequeñas, retoños que nacen entre las juntas del asfalto, para convertirse en pastizales inmensos que no dejan de crecer, como los sueños calculo.

No es sólo una película de un hombre y una mujer y el amor que los une, es una obra filosófica que te deja pensando en la película de cada uno, la vida.


Agustina Grasso