lunes, 13 de septiembre de 2010

La Inmortalidad… de Chabrol


La muerte, cada tanto, hace estragos. Y nos estremece. Nos deja, casi siempre, con un sabor amargo. Y, otras tanto, nos asombra. Pero ¿qué tiene de asombrosa, amarga o estremecedora la muerte? Uno sueña con la “vida eterna”: un estado fantástico en el cual se suspendan los funerales, los hospitales pasen a ser transitorios y los seguros de vida estén de más; que la “eterna vida” se des-doble ante nuestros ojos. Pero créanme, o mejor dicho, creámosle a José Saramago (a quien también le rendimos homenaje) que hay poco de optimismo en la “vida eterna”, si es acaso, que la muerte comienza a tener “intermitencias”.
Entonces, lo asombroso, sería morir y seguir vivo. Y eso, es alcanzar la eternidad: vivir en el recuerdo de otros. Eso no quiere decir que la muerte nos lleve, sino que la memoria nos traiga de vuelta.
Convengamos que pocas son las personas que han traspasado ese umbral; pues hoy, se les ha unido una más: Claude Chabrol nos abandona de manera física a sus 80 años. Este “Hitchcock frances”, iniciador de la Nouvelle Vague, de singular genio, recordado por grandes películas que atentan e intentan desde su particular punto de vista, desnudar al establishment dejando entrever su lado más grotesco. Una de ellas, quizás la más fascinante, es “La Ceremonia”, que ha sido descripta en este blog. A través de ese humilde post es que le damos la bienvenida a su camino inmortal, el cual fue forjando (casi sin saberlo) a través de más de 80 largometrajes; de más de 80 escenas de su vida y un sólo pensamiento: que su cine viva a través de cada espectador.

Por Martín Castoro

"Suele haber una tendencia a concentrarse sobre lo que la vida tiene de trágico; yo guardo lo que tiene de divertido. Creo en la naturaleza humana". (Claude Chabrol)

No hay comentarios:

Publicar un comentario